Porque los activos son capital.
Excepto los terrenos, los demás activos fijos de una empresa tales como edificios, equipo de oficina, mobiliario, maquinaria y equipo, moldes, herramientas, etc., tienen una vida limitada debido al avance tecnológico. Y, en consecuencia, la obsolencia juega un papel fundamental en la determinación de sus valores, de ahí la importancia de su valuación para determinar su utilidad tecnológica y la magnitud del ingreso que pueden producir para su propietario.